Más de un centenar de personas participaron ayer, 24 de marzo, en la concentración unitaria contra la intervención militar en Libia, celebrada en la Plaza de la Peregrina de Pontevedra. Reproducimos el comunicado leído por el secretario general de CGT-Pontevedra, Miguel Ángel Cuña, en la alocución que cerró la concentración.
La Confederación General del Trabajo, la CGT, es una organización sindical internacionalista que está contra todas las tiranías, pues lucha por el fin de toda opresión y explotación humanas en cualquier lugar del planeta. Es decir, no solo estamos contra aquellas dictaduras que son conocidas por los nombres personales de sus jefes – Gadafi, Obiang, Abdulah … – sino también y sobre todo contra aquella otra Tiranía universal que camufla la responsabilidad de sus crímenes tras un infame anonimato.
Unos crímenes que son sobradamente conocidos pues alcanzan magnitudes pavorosas e inocultables. 2.500 millones de habitantes de este planeta viven en condiciones inhumanas. 800 millones padecen hambre y doscientos millones de ellos morirán este mismo año antes de cumplir los veinte años, prematuramente envejecidos por la miseria, la enfermedad y el ambiente insalubre. Más de 30.000 niños han muerto hoy mismo y mañana y también pasado mañana serán otros tantos los que mueran, víctimas de la desnutrición y desatención. Y así cada día que pase antes de que logremos acabar con este cruel régimen económico y político.
Esta es la Tiranía que asola el planeta, lo destruye, esquilma sus recursos, envenena el ambiente y explota en multitud de países a cientos de millones de trabajadores. Esta es la Tiranía que dispone de las armas más mortíferas, de los bombarderos más eficaces, de las fragatas más infernales … Pero sobre todo, es la Tiranía que dispone como agentes locales a su servicio a los Gadafi, a los Obiang, pero también a todos y cada uno de los aparatos gobernantes en cualquier país, a los Sarkozy, a los Obama, a los Berlusconi, a los Putin, a los Netanyahu y, como no, a los Zapatero. Todos y cada uno de ellos hacen lo que les está mandado hacer, pues su poder no proviene de quienes confiadamente les han elegido sino de su sumisión a los que en realidad son sus amos.
Ayer los gobiernos españoles de Aznar y Zapatero habían recibido de quien puede dictársela la orden de honrar a Gadafi. Obedientes, lo recibieron con vítores, entre regalos y escenas exóticas de la Jaima en el cinturón de Madrid. Hoy, por la misma razón que ayer se le homenajeaba, Zapatero ha acudido a bombardear el país libio e impulsar una guerra civil, que, acaba como acabe, no lo será de libertad y emancipación para nadie, sino que significará la completa sumisión del bando finalmente vencedor a aquella Tiranía universal que a todos nos trae por la calle de la amargura, la humillación y la desesperanza.
Al involucrarse en esta nueva carnicería, Zapatero no lleva por bandera nuestra ansia de libertad y hermandad para con el pueblo libio. De ninguna manera. Lleva, eso sí, la bandera del expolio, del saqueo del petróleo y el gas libios. La bandera de quienes aspiran al control efectivo de la orilla sur del Mediterráneo.
La apelación a los derechos humanos con la que algunos propagandistas del régimen pretenden justificar esta mascarada sangrienta, representa una humillación a la inteligencia y a la dignidad humanas. Anteayer, Israel asesinó a ocho palestinos, entre ellos dos niños que estaban jugando al futbol ante la puerta de su casa en Gaza. Los Zapatero y todo el coro mediático del régimen ni siquiera bajaron la mirada, avergonzados de su silencio. Al fin y al cabo los autores del crimen, el gobierno y el ejército israelí son capos de la misma mafia, de la misma Tiranía que nos gobierna aquí.
Por todo esto, decimos ¡No a la guerra! ¡No en nuestro nombre!. ¡Por la libertad y la solidaridad internacional, ¡abajo las tiranías!
CGT- Pontevedra